Siempre se ha relacionado a la infidelidad con los hombres. Los hombres infieles pueden serlo por muchos motivos y muy variados pero hay algunas motivaciones o situaciones que se repiten y son comunes a muchos hombres infieles. A partir de una encuesta de la conocida plataforma de contactos Ashley Madison se llegó a la conclusión de que muchos hombres infieles buscaban en la relación extramarital una conexión, sentirse queridos y tenidos en cuenta. Los principales motivos por los que los hombres son infieles Repasemos con detalle algunos motivos de infidelidad masculina: 1. Problemas de comunicación y confianza en la pareja En ocasiones existen problemas en la relación con su pareja actual. Muchas discusiones, diferencia de opiniones o problemas en la convivencia pueden generar un ambiente muy negativo donde volver con la pareja no sea el ambiente relajado y positivo que esperamos. Una de las razones que expresan los hombres infieles es que ha habido una disminución de la frecuencia sexual. A veces el tiempo y el día a día producen un descenso del apetito sexual e inevitablemente las relaciones sexuales disminuyen. Hay una parte de normalidad en esto en las parejas consolidadas ya que no sentimos la misma atracción que al principio porque la novedad en sí misma es excitante y eso se va perdiendo.
Cómo detectar si tu pareja es un narcisista 9 claves para saber si estoy con un narcisista El egocentrismo, en contra de lo que se piensa popularmente, no es algo adverso. Todos tenemos nuestro narcisismo y es una pieza fundamental para conseguir nuestras metas y objetivos, hacernos respetar, adeudar una buena autoestima y un adecuado amor propio. El problema no es el narcisismo, sino la cantidad que tengamos de él, su defecto o su exceso. El narcisismo es el amor que la persona tiene por sí misma.
Todos tenemos deseos, pero la timidez a veces no dejan que salgan a flote. Si, por el contrario, te has liberado y has conseguido actuar realidad tus fantasías, eres una andoba afortunada. Otros, sin embargo, a agonía de llevar a cabo sus deseos sexuales observaron que, incluso cuando los sueños se cumplen, a veces no tienen el fulgor que les habíamos conferido con la imaginación. Es entonces cuando llegan las frustraciones. Cera libidinoso Siempre había tenido como fetiche venéreo que alguien me tirase la cera caliente de una vela por el cuerpo, contó un usuario. Los usó conmigo una noche y no leyó que, claramente, debía soplarlas antes de derramarlas sobre mí. Mi novia suele ponerse orejas de gato en la cama para ponerme nervioso e incomodarme Al derramar la cera caliente sobre mí pensé que me moría, salté y grité, indicó. Mucha gente que parecía tener el mismo fetiche le dio una serie de consejos: Si alguna vez quieres darles otra oportunidad, compra velas de masaje, se pueden usar a temperaturas realmente bajas y se convierten en aceite, indicó individuo. Pero a la hora de la verdad cuando mi novio y yo decidimos hacerlo, me entró la risa floja.
Por eso es difícil explicar exactamente cómo se origina y de dónde sale. Nosotros nos creamos una fantasía de cómo debe ser una relación amorosa y en base a eso y teniendo en cuenta los elementos antiguamente citados, funcionamos y reaccionamos dentro de nuestra relación. Es habitual que nos imaginemos una historia de amor, la nuestra, como la mejor. Somos humanos, nos gusta seducir cuando conocemos familia nueva porque, si alguien responde a esa seducción, nos sentimos gratificados: nos gusta gustar; y las personas nos atraemos. La fantasía es un alzada buenísimo y muy saludable, que nos ayuda cuando necesitamos liberar tensiones, cuando sentimos una emoción fuerte y necesitamos canalizarla. Lo que fantaseamos no quiere decir que vayamos a hacerlo efectivamente. Si tengo problemas en mi trabajo con un jefe que me exige demasiado y es desagradable, me genera deseos de pegarle o insultarle. Puedo imaginar que lo insulto, incluso que contrato a alguien para que le de un escarmiento.
Con la baza. En el afectividad y unas pocas palabras puedes publicar todo lo que sientes por algún. Y si. No das con la frase adecuada, no te preocupes.